viernes, 14 de marzo de 2014

Llamado y Propósito: El final que tanto anhelamos

Parte 1:
La naturaleza social y psicológica

El caminar de todo ser humano conlleva a un centenar de obstáculos y pruebas que pudieran hacer tropezar su decisión de llegar a la meta. Si bien es cierto la voluntad juega un papel importante en dicho caminar, esta voluntad llega a ser probada, fortalecida o destruida, de acuerdo a la situación social en la que el ser humano se encuentre.

La voluntad es la fuerza motriz que impulsa toda acción de la persona. Ya sea levantarse de la cama e ir a cepillarse los dientes, como el estudiar una determinada Carrera, es la voluntad la cual mueve la actividad. No puede excluirse el aspecto volitivo del psiquismo del estudio del ser humano y las decisiones que toma en su caminar y andar hacia un proyecto de vida.

Es en el aspecto relacional (y las relaciones sociales en las que el hombre interactúa), que determinada situación adquiere un valor para si. Dicha situación adquirirá una carga emocional y será tipificada como vivencia emocional positiva (si acaso satisface las necesidades y deseos de la persona) o negativa (si no satisface las necesidades y/o viola la sensación de seguridad y estima de la persona).

Entender este preámbulo nos permite adentrarnos en el mundo psíquico del ser humano y comprender como una determinada situación puede llegar a destruir la decisión de este por llegar a su meta.

El concepto de necesidad y su satisfacción por medio de la voluntad

No existiría voluntad si no existieran necesidades. Toda necesidad que el ser humano siente, se originan en el mundo externo o material. Desde la necesidad de comer (la cual se genera por el conocimiento que la persona tiene de que la comida satisface su necesidad biológica), hasta la necesidad de completar una carrera o la misma necesidad sexual, son concebidas como “necesidades”, debido a la internalización (producto del intercambio de conocimiento del adulto hacia el niño) que la persona hace a través del aprendizaje.

Dicha necesidad, provoca en el sujeto que genere una acción de satisfacerla. En el caso del hambre, mueve a la persona a buscar alimento; en el caso de la carrera, mueve a la persona a buscar una especialización o estudiar. Toda necesidad, por tanto, es satisfecha por el accionar de la voluntad.

Si acaso dicha necesidad no es satisfecha, provoca en el ser humano ansiedad, desesperación y la situación en la que se ve inmerso, adquiere un sentido de vivencia emocional negativa.

Asociaciones, sensación y percepción

Ahora bien, dado que el ser humano es un ente social (y por ende relacional), cada situación vivida es también relacional. No es que cada situación es vivida aisladamente y almacenada en el psiquismo. De ningún modo. Desde el momento del nacimiento en que comienza su intercambio e interacción social con la madre, dicha interrelación adquiere un valor de placer o displacer. Ya sea que su necesidad de alimento sea satisfecha o no, empieza a generar vivencias emocionales que son grabadas en su memoria. A estos registros mnémicos los podemos llamar “representaciones”

Digamos que Luis esta aprendiendo a identificar olores. Su mama limpia la habitación con una fragancia a lavanda. El olor llega a su olfato, viaja a través de las conexiones nerviosas y llega a su cerebro. En el momento en que llega a su cerebro se convierte en una sensación (S). Cuando llega allí, no conoce que es esa fragancia. Busca en su memoria, pero no halla nada parecido. En ese momento su mama le dice que ese olor es “lavanda”. Toma entonces prestado el conocimiento de su mama, la representación que su mama tiene del olor y lo hace suyo. Tiene entonces una representación (R) y genera una percepción (P): “Este olor es lavanda”, lo cual se convierte en conocimiento.

S + R = P

La siguiente vez que Luis huela esa fragancia, tendrá la sensación (S), busca en su memoria y recuerda que olio esa misma fragancia en casa lo cual le genera una representación (R) y formara una percepción (P).

Dependiendo de la situación en la que aprendió que ese olor era lavanda, el olor generara también una percepción emocional. Si acaso olio esa fragancia mientras sus padres discutían, o si aprendió mientras su maestra lo castigaba; o si, por el contrario, lo aprendió mientras su madre lo abrazaba y le cantaba, la situación creara una representación de la vivencia emocional que le provoco y la siguiente vez, lo asociara con dicha situación y generara la misma percepción emocional.

No solo con olores, sabores o cosas aislada, sino una situación especifica con todo el espectro de sensaciones que genera, el ser humano realiza asociaciones de memoria, lo que condicionara su accionar en una situación determinada.

Situación social de desarrollo

Con esto en mente, cada situación social en la que el sujeto se halle inmerso, es la cual produce el desarrollo de su personalidad y de todos los ámbitos de su psiquismo. Intentar entender, estudiar o enfocar al ser humano, fuera de la sociedad y de su carácter relacional, es un completo error.

Intentar comprender su naturaleza pecaminosa fuera de la red de interrelaciones que este mantiene; o intentar comprender el fracaso, el desanimo, el dolor o el sufrimiento en general, sin tener en mente la situación social de desarrollo de este, es una completa falacia.

El ámbito social en el que la persona crece y se desarrolla, marca sus relaciones y su entendimiento de las situaciones subsiguientes. No quiere esto en ningún modo decir que la realidad es una mera ilusión en la mente de cada ser humano. La realidad es objetiva. Existe y es. La creación existe tal cual ha sido diseñada y creada por Dios, con sus colores, olores, sabores. Pero la situación en la que se desenvuelve cada persona, le da una significación distinta a lo que vive y su conocimiento estará determinado asimismo por su situación social.

Cada situación social determina el desarrollo de los seres humanos. Todos, en general, estamos en constante cambio y desarrollo. Ninguno es el mismo de hace dos minutos. Cambiamos, ya sea biológica, como psicológicamente. Nuestra personalidad es alimentada por el intercambio psicológico (conocimiento) que realizamos. Ya sea a través de la lectura de un periódico, de ver un documental o en una conversación hay intercambio y ello nos lleva a un desarrollo.

Y cada situación, valga la redundancia, lleva una carga afectiva nueva o generada a través de las asociaciones que realizamos de memorias pasadas, presentes en nuestro psiquismo.

Entender este preámbulo, nos llevara a un mejor estudio de cómo las situaciones de nuestra caminar diario, podrían estropear o fortalecer nuestra voluntad de llegar a aquel final que Dios nos tiene preparado y para el cual nos ha llamado.


En la siguiente parte, veremos la naturaleza espiritual del ser humano en este andar con Dios.

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