¿Temeroso?
¿De qué?
¿Sentir la alegre liberación del
espíritu?
¿Pasar
del dolor a la paz perfecta,
que cese el conflicto y la tensión
de la vida?
¿Temeroso…
de eso?
¿Temeroso? ¿De qué?
¿Temeroso?
¿De qué?
¿Temeroso de ver el rostro del
Salvador
Escuchar
su bienvenida, y localizar
el rayo de gloria de sus heridas de
gracia?
¿Temeroso…
de eso?
¿Temeroso? ¿De qué?
Un
destello, un estruendo, un corazón atravesado;
tinieblas, luz, ¡o arte del Cielo!
¡Equivalente
a una herida de él!
¿Temeroso… de eso?
¿Temeroso?
¿De qué?
hacer por la muerte lo que la vida
no podía…
¿Bautizar
con sangre un campo empedrado,
Hasta que almas florezcan del lugar?
¿Temeroso…
de qué?
(Tomado de A Salvo en Casa, por Randy Alcorn, ed. Unilit, pp. 284-285)
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